Todos quienes hemos estado en el Cordillera, pudimos escuchar, en reiteradas oportunidades en nuestra época escolar, ese singular grito: “¡CUIDADO, VIENE EL MELLA!”. No pocos tenemos que haber pensado que don Daniel se teletransportaba o tenía pasadizos secretos por abajo de la tierra, ya que siempre se las ingenió para aparecer en nuestros minutos más desafortunados.

Aún así, don Daniel es, sin duda, la figura del Colegio que convoca, que nos hace querer volver a nuestro Cordillera, ya que nos hace sentirnos en casa cada vez que volvemos a pisar esos pasillos que nos vieron crecer.

Don Daniel partió siendo profesor de Química y Ciencias Naturales, fue Inspector General del Colegio y hoy está en el Consejo de Dirección. Tanta historia tiene y tanto es lo que ha visto en el Colegio, que creemos que es el momento de conversar con él y que nos cuente un poco de su historia en el Cordillera.

Don Daniel, ¿Hace cuánto tiempo está en el Colegio? ¿Cómo llegó a trabajar acá?

Este año, el  01 de marzo de 1992, oficialmente cumplí 31 años en el Colegio. LLegué gracias a una invitación del profesor Domingo Domínguez, profesor de Educación  Física de la época, ya que nos conocíamos porque habíamos trabajado juntos en mi anterior colegio, en Lo Barnechea.

Usted ha visto pasar muchas generaciones de alumnos, muchos ahora vuelven como apoderados ¿qué siente cuando vuelve a encontrarse con Cordilleranos? ¿Cuál es la reacción de ellos al volver a encontrarse con usted?

La verdad es que he visto pasar a todas las generaciones. A las primeras las traté menos tiempo eso sí.

Reencontrarme con ex alumnos, siempre es muy grato y reconfortante. El que sean ahora apoderados, padres de familia y que te presenten a sus esposas e hijos, me llena de alegría y porque no decirlo, de un gran orgullo. Siempre son reencuentros únicos y me doy cuenta que el tiempo pasa muy rápido. Escucharlos decir: «No le diga como me portaba en el Colegio», da cuenta de que ya son adultos de verdad.

En la época escolar de muchos de nosotros, usted era uno de los profesores más temidos, y hoy uno de los más queridos por la mayoría de los ex alumnos. ¿Cómo cree que se logra eso?

No tengo la respuesta a eso, creo que la deben contestar ustedes si es así.

Solamente puedo decir que siempre he creído que la disciplina es parte importante de la formación de los alumnos, como de los hijos, porque les da estabilidad y ella debe darse con la mayor justicia posible, con cariño y siempre enseñando para la vida.

No es fácil, pero es un trabajo que se considera mejor en el tiempo.

Usted es ahora parte de la Directiva de Leones, como representante del Colegio. ¿Qué ha significado para usted trabajar con todos esos alumnos que alguna vez vio jugando fútbol en los patios del Cordillera?

Soy representante frente a Los Leones, por una petición de la Dirección y es una alegría enorme el que siento de poder contribuir en lo que pueda, para el desarrollo y consolidación de este estamento, que es tan importante para el crecimiento e integración de todas las personas que formamos parte del Cordillera.

Trabajar con ellos es muy fácil, porque quieren el Colegio, son agradecidos, creativos, tienen ganas de hacer cosas. Ver lo que son y lo que fueron cuando niños o adolescentes me demuestra que hemos hecho bien la pega al final, entre todos.

.

En pocas palabras, ¿Qué significa el Cordillera para usted?

Es difícil en pocas palabras, porque  parte importante de mi vida laboral la he realizado aquí. Y por lo tanto, doy gracias a Dios por darme tan grande regalo de poder pertenecer al Colegio por tanto tiempo, al cual le debo mucho. También  tengo la tranquilidad de entregarme por entero, cada vez que ha sido necesario. Muchos más momentos buenos que otros no tanto,pero que me han dejado grandes enseñanzas también, conocer mucha gente buena y hacer todos los días algo diferente y profundo.

Si nos metemos a la página web del Colegio Cordillera nos encontramos con la siguiente definición: “Los profesores del colegio Cordillera se caracterizan por la cercanía y exigencia que imprimen en su estilo educativo, generando un clima de confianza y respeto, altamente valorado por padres, estudiantes y ex alumnos”.

¡Sin duda podemos afirmar que Don Daniel es el vivo ejemplo de esa definición y le damos las gracias por todo eso!