Tomás Mujica Camus (Gen. 1999)

10/10/23

Conoce la historia de un León que superó la adversidad

Conoce la historia de un León que superó la adversidad

Tomás Mujica Camus (Gen. 1999)

10/10/23

Conoce la historia de un León que superó la adversidad

 

Tomás Mujica Camus, León de la generación 1999, llevaba una vida tranquila, le gustaba estar al aire libre, hacer deporte (correr, bicicleta, equitación, esquiar, entre otros), y estar en el campo (principalmente, estar en terreno, por su trabajo como agrónomo).  Era fanático de los autos y, por lo tanto, de la velocidad también.

Pero todo cambió un día de febrero de 2013, cuando llevaba casi un año de casado con su señora, Irene, quién estaba recién esperando su 1er hijo.

«Venía de vuelta de mi trabajo en el campo. Había un camión atravesado en una curva. Gracias a Dios alcancé a esquivarlo un poco, y no me metí debajo, sino que lo choqué por el costado. La camioneta en la que iba dio cuatro vueltas y la consecuencia es que terminé con una lesión de fractura medular, es decir, se me quebró la columna en la cervical. Estuve un año hospitalizado, lo que fue una pesadilla: estar encerrado en una cama donde no podía ni moverme. Mi vida cambió 180º, completamente”

A pesar de que la vida se le fue cuesta arriba, Tomás tiene hoy dos hijos, ha vuelto a trabajar, y ha vuelto a hacer deporte: Primero fue con un grupo de amigos a las Torres del Paine, a fines del 2018. Esto los motivó a cumplir el sueño de Tomás, que era subir el Cerro Castillo el 2019. Hace poco fueron a Cochamó. También, junto a su familia, ha hecho la peregrinación a la Virgen de Lo Vásquez en bicicleta, y recientemente, volvió a esquiar.

Su espíritu de superación y su resiliencia es lo que queremos compartir con la comunidad de Leones.

 

1. Hace 10 años tuviste un accidente automovilístico que te dejó tetrapléjico. ¿Cómo te motivas en el día a día para salir adelante y superar los pronósticos médicos?

La verdad que la motivación diaria es mi familia, sobre todo mis hijos. O sea, desde que supe que venía un hijo en camino dije: “Yo no me puedo echar a morir, tengo que salir adelante. Tengo que ser un ejemplo”.

Yo siempre supe que quería ser papá y eso no iba a cambiar. Para mí, ser papá no solamente es tener un hijo, sino que tienes que ser un ejemplo para ellos. Y en este caso, mi ejemplo es levantarme todos los días y batallar, día a día, de la mejor manera posible. Hacer lo que más se pueda con todas las dificultades que hay. Y mostrarles que la vida, a pesar de las barreras o dificultades, hay que esforzarse para salir adelante. Ojalá lo puedan ver algún día. Pero que lo que más me importa es ser un papá que les pueda dar un buen ejemplo y criarlos de la mejor manera.

Entonces el salir día a día adelante y sobre todo, como dices tú, contra los pronósticos médicos, no es para tratar de ser un ejemplo para el mundo sino que al final de cuentas es más que nada ser el mejor ejemplo posible para mis hijos.

Que este ejemplo les sirva para, en el futuro, ser hombres buenos y esforzados.

 

Ahora todos estos logros contra los pronósticos médicos no son sólo míos. Es un trabajo de equipo esto, o sea, detrás de todo esto está toda una familia, está mi señora, están mis hijos, estamos todos aquí. Entonces, hay un tremendo pilar fundamental que me ayuda en salir adelante. Ahí están mis motores.

 

2. Hace unos años atrás, gracias al apoyo de muchos amigos, lograste ir a las Torres del Paine, luego subir el Cerro Castillo y ahora, hace poco, a Cochamó ¿Cómo se gestó tremendas hazañas?

La parte de Torres del Paine fue bien choro la verdad. Todo partió gracias a Cristian Díaz (gen. 99), que fue quien me lo propuso. Estaba en el tema de las corridas, pero a mí no me llenaban, así como esto de los cerros.

Cristián, después de ver que Álvaro Silberstein, que es un amigo mío, y que también está en silla, había hecho las Torres, me dijo: “Oye, si este compadre la hizo, nosotros también” Yo igual muy incrédulo, pensando “Pero ¿de dónde vamos a sacar la gente?”. Pero él fue muy motivado y me dio “Ya bueno, si quieres, lo vamos a hacer. La gente la vamos a buscar de algún lado y vamos a salir. Así que, ¿te interesa?”. Le dije que sí, para mí Torres del Paine era uno de los lugares que yo quería conocer, y lo había desechado después del accidente.

Ahí debo decir que se movió Cristian, que es de los que más se mueve en esto, si es que no, el que más se mueve en realidad. Ahí empezamos a reclutar gente y empezaron a llegar distintos amigos. Y Torres fue un éxito. La verdad que el trabajo que se genera ahí, el ambiente que se genera dentro del equipo, es espectacular. Esa vez, del Cordillera eran dos. Pero después se han ido sumando más.

En los distintos paseos, no son siempre el mismo equipo, van variando por distintos motivos. Pero del Cordillera, de compañeros, de mejores amigos, de Cristian, se han sumado Max Donoso (gen. 00), se sumó Fernando Maturana (gen. 99), Álvaro Lavín (gen.99). Y también se han sumado los hermanos de Cristian: Joaquín (gen 98) y Francisco (gen 04), Rodrigo Irarrázaval (gen 03).

Entonces se ha ido gestando esta comunidad, por llamarlo así, de este equipo que de repente hemos hecho varios cerros. Aparte de los que nombraste, ahora estamos programando la ruta Los Jesuitas, que es una ruta que va entre el Rupanco y el Todos los Santos, que nos vamos ahora a fin de mes, y ahí se va formando un equipo, y del equipo no solamente son Cordilleranos, sino que sale gente, amigos de la vida y de otros lados, y del trabajo. Es que la gente que va queda alucinando, o sea, en el sentido que dicen, “Yo he hecho esta ruta otras veces, pero hacerla de esta manera, contigo y en el equipo y en el ambiente que se genera, prefiero mil veces hacerla así y la repetiría mil veces”. Siendo que es mucho más cansador, más esfuerzo y todo, pero el compañerismo que se genera es espectacular, en verdad que es muy entretenido.

 

3. Tomás, eres de la generación 1999 del Colegio. ¿Cuántos de esos amigos que te acompañaron son de Cordillera? ¿Cómo ha sido el apoyo de tus amigos del Colegio en estas aventuras?

Si, soy de la generación del 99, los que me han acompañado del curso, bueno, serían tres básicamente, los que han ido en distintos paseos. Hay otros de otras generaciones, como te expliqué en la respuesta anterior, que han ido también a paseos, pero también no siempre son los mismos. Algunos se repiten en plato y otros no.

Y el apoyo de los amigos, bueno, o sea, claro, los que les gusta hacer esto, trekking y cosas, súper bien, pero los que no, no, si nadie está obligado.

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4. ¿Qué sueños te quedan por cumplir o metas por lograr?

La verdad que es una pregunta difícil de responder porque con el accidente te cambia la visión de la vida. Al menos, en mi caso, me cambió de manera muy fuerte, muy radical. Yo quería hacerlo todo, ¿cachai? antes del accidente tenía ganas de hacerlo todo, de estar en todas y hacer un montón de deportes, llegar allá, o sea, tenía demasiadas metas, demasiados sueños.

Y en ese minuto en que te enfrentas entre la vida y la muerte, te cambia radicalmente la vida y te das cuenta de que muchas cosas no ibas a poder hacer como, por ejemplo, ir a las Torre del Paine. Que al final se logró, pero era algo que yo, como te dije, había desechado. Es que te encuentras en una situación en la que te toca priorizar y, al final de cuentas, en esa priorización tú te das cuenta de decir: “A ver, ¿qué es lo que te importa en tu vida?” Y te das cuenta de que lo más importante en tu vida son tus hijos, tu familia y poder ser y dar lo mejor para ellos. Entonces al final, de todas estas metas pasas a la meta final, que son ellos: poder criar bien a mis hijos y llegar a verlos crecer y que se transformen en hombres no sé si llamarles ejemplares, pero hombres dignos de ser ejemplo, de ser buenos y buenas personas. Ojalá conocer a los nietos, pero mi meta es poder dejar a mis hijos bien educados.

El resto de las metas, todas las otras que tuve: subiendo cerros, andando en bicicleta, todas las metas físicas, son extras. Y todo lo que venga, bienvenido y aceptado todos los cerros, todos estos paseos, que son bacanes, pero más que metas en sí, son añadiduras a esta vida que se agradece en lo más profundo. Es lo más entretenido que hay, es realmente maravilloso poder disfrutar de la naturaleza y de todo, y agradecerle a Dios cada uno de esos días y momentos que tienes.

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Es impresionante como todo esto te cambia para bien todas estas metas “mundanas” a unas un poco más potentes y más trascendentales.

 

5. Eres papá del Colegio. ¿Por qué volver como apoderado al Cordillera?

Soy papá del Colegio y feliz. Me encanta el Colegio, pero más que el Colegio, me encanta la onda que hay entre los papás.

Al menos en el curso que estoy, porque el segundo va a entrar el próximo año, es bacán, o sea, tu ves ahí a los papás muy centrados, o sea, gente que andamos todos más o menos en la misma, queremos más o menos lo mismo y buscamos más o menos lo mismo para nuestros hijos. Entonces esa parte para mí es impagable, me encanta la sencillez que hay en los papás, donde todos estamos iguales, y buscamos apoyarnos y ayudarnos y con muy buena onda, entonces parece un grupo más de apoyo y no sé si llamarle amigos, pero eso me ha encantado mucho del Colegio.

Y eso que volver al Cordillera no fue el plan inicial la verdad, debo ser sincero. Vimos varios colegios y postulamos a distintos colegios y de ahí nos pusimos a rezar. Dijimos: “Diosito, en tus manos lo encomendamos y que quedemos en uno solo, porque me haces escoger entre dos y la verdad no sabría cuál”. Ahí postulamos y solamente quedamos en el Cordillera, lo cual fue como decir, “Gracias Diosito, nos escuchaste y nos estás indicando cuál es el camino”, así que en verdad bacán.

 

6. ¿Qué mensaje le dirías a los Leones que están leyendo esta nota?

Primero que nada, decirles que:

Hay que mirar el vaso medio lleno, hay que ser positivo. Hay que esforzarse, hay que intentar todas las cosas y no darse por vencidos

O sea, cuando encuentras algo que tú crees que es bueno y que te puede servir, inténtalo. Si no encuentras la primera, inténtalo otra vez y otra vez y no darse por vencidos. No a la primera, y no fácilmente.

Una cosa que a mí me sirvió mucho era ir un día a la vez. Ya, un día, hoy día, hoy, vamos que se puede, y ahí en el largo plazo viendo los resultados. Pero también, darte y permitirte caer para levantarte. O sea, había días que en verdad tú dices “ya, no doy más”. Y dices, “ok, hoy día me permito caer, hoy día no me quiero levantar de la cama”. Pero es hoy día. Solo hoy día, solo un día. No es que me quede hoy y mañana también, no. Hoy día me permito quedarme en la cama, estar amurrado, triste, pero solo hoy. Mañana me levanto y le doy con todo de nuevo. Porque si no, no vas a llegar a ninguna parte.

A mí me pasaba que cuando estaba en la UTI, me dije a mí mismo, “A ver, un gallo que no se levanta, se va a quedar, no va a llegar a ninguna parte”. Así que, o le ponemos sangre, sudor y lágrimas para avanzar, o no vamos a llegar a ningún lado.

Eso es lo que les puedo decir: No hay que darse por vencido, denle con todo. Y permitirse caer para levantarse es sano y es bueno.

 

 

Muchas gracias Tomás, por hablar con nosotros y por tus sinceras palabras. Gracias también por enseñarnos, la actitud con que enfrentas tu vida día a día. No nos cabe duda alguna que tus hijos estarán eternamente agradecidos de cada una de las cosas que haces por ellos.

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