Rafael Lara Ramírez es sin duda alguien muy querido por todos quienes pasamos por el Cordillera.

Los más antiguos lo veían en los pasillos de Dirección, aunque la gran mayoría de nosotros lo vio siempre en labores audiovisuales intercalando con atender la enfermería entre medio. Y, gracias a él, existe gran material de cada una de las generaciones egresadas.  Hace algunos años tuvo un paso por la nueva biblioteca, y hoy los vemos como dueño de casa y mantención del Cordillera.

Para todos es sabido que: si necesitas un favor: Rafa Lara; si necesitas algún archivo audiovisual: Rafa Lara; y si quieres que algo salga bien (especialmente en ambientación, audio, mesas, etc): Rafa Lara.

Porque no hay personaje más servicial, con buena disposición, y siempre dispuesto a ayudar, que Rafa. Y siempre, pero siempre, con la mejor de las caras y cariño hacia cada uno de nosotros.

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Es por esto que le hemos pedido nos cuente un poco de su historia en el Cordillera.

Rafa, ¿Hace cuánto tiempo estás en el Colegio? ¿Cómo llegaste a trabajar para acá?

Estoy en el Colegio desde el año 1987, hace “solamente” 36 años, desde que el Cordillera llegó a su actual sede.

Mi madre por aquellos años trabajaba en el Colegio Los Andes y me comentó que se estaba abriendo un nuevo colegio de hombres en San Carlos de Apoquindo, del mismo tipo del Tabancura.  Me presenté a una entrevista un viernes y el lunes ya estaba en el Colegio (mayo 1987)

¿Qué es lo que más te ha gustado de trabajar en el Cordillera? ¿Qué anécdotas recuerdas de todos estos años?

Muchas cosas, pero si hay algo que más valoro es el ambiente de preocupación, confianza y amistad que existe en el Colegio, entre todos sus estamentos.

Creo que hay muchas anécdotas y vivencias a lo largo de todos estos años, pero tal vez la que recuerdo con más cariño, es el reencuentro con mi profesor jefe de I Medio, del Colegio Salesianos Alameda, don Domingo Domínguez y poder trabajar juntos en el Cordillera.

Sabemos que has pasado por distintos puestos dentro del Colegio, ¿Qué destacas de cada uno? ¿Cuál sientes que ha sido el más gratificante?

Es verdad, me ha tocado pasar por distintos puestos dentro del Colegio y creo que cada uno de ellos tiene su encanto y responsabilidad. Pienso que todos se destacan,  si se enfocan en la formación y educación de nuestros alumnos.

Todos han sido gratificantes, en su medida, pero si hay que destacar alguno, me quedo con el de Audiovisual, es donde más tiempo estuve. Creo que se han hecho grandes cosas en ese departamento, como preparación de material para las clases de profesores, un programa de televisión y noticias interno (Cordillera TV) con gran participación de alumnos y profesores, la recopilación de actividades en fotos y videos de la historia del Colegio, entre otras muchas cosas.

En el audiovisual ningún día es igual al otro, es gratificante saber que, si alguien quiere saber algo del Colegio, ahí lo podrá encontrar.

Has visto pasar muchas generaciones de alumnos, mucho ahora vuelven como apoderados ¿qué sientes cuando vuelves a encontrarte con Cordilleranos?

Siempre es una gran alegría volverlos a ver, no tan sólo como papás, sino también ahora como profesores del Colegio que los formó.

Muy impactante ha sido ver egresar a hijos de antiguos alumnos de la primera generación, algo impensado para mi o que lo veía muy lejano.

Y es un sano orgullo verlos hombres de bien, buenas personas, buenos papás y queriendo darles a sus hijos la formación que ellos recibieron.

Finalmente, ¿Qué ha significado el Colegio para ti?

Eso tiene una sola respuesta…MI CASA.

Al igual que mi vida, lo he visto vivir, formarse, crecer, madurar y transformarse a lo largo de estos 36 años.

Gracias Rafa por estar siempre ahí para toda la comunidad del Cordillera, sean alumnos, profesores, auxiliares, apoderados y, por sobre todo, para nosotros los Leones.

¡Eres un ejemplo de servicio y alegría para todos nosotros!